Cuando nos olvidamos de nuestras heridas, estas acaban formando parte de nuestro inconsciente e influyendo en nuestros pensamientos, estados de ánimo y comportamiento. En nuestro interior empiezan a habitar carencias afectivas que se originan en nuestra tierna infancia, pero que despiertan y/o se refuerzan cuando no sanamos.
 
Así, en muchas ocasiones encontramos en nuestra pareja carencias muy similares a las nuestras. Y eso es precisamente lo que provoca la unión. Por ejemplo, dos personas que sufrieron mucho por amor se encuentran y descubren que el amor no es sufrimiento. A esta pareja les ha unido una misma herida, ambos se hacen de reflejo. Pero hay que ir con cuidado, porque las heridas que unen también pueden separar.
 
Si cada miembro de la pareja no cura sus heridas, estas tarde o temprano empiezan a deteriorar la relación. Inseguridades, miedos, celos, posesión… Es como si la vida procurase enviarte reflejos que te marcan el camino por el que avanzar sea de crecimiento y no de decrecimento y pérdida. Si no los analizas y haces caso a la información que te dan, no evolucionarás -o lo harás más lento- y tus relaciones serán más frágiles. Por ello, los vínculos que mantenemos con los demás, teniendo en cuenta la teoría del espejo, pueden aportarnos una información muy valiosa sobre nosotros y el estado de esas heridas que todavía no hemos integrado en nuestra historia.
 
Muchas gracias, esta es la serie de reflexiones del Espejo que buscamos que oigas, recuerda, el mundo muestra lo que tu das, hasta pronto, somos PENSAMIENTO DE COLOR.
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Acá te dejamos el video de la Reflexión de la vida «Las Heridas como Reflejo»: